Soy VENENO pa tu piel

Nos cierran el chiringuito. El edificio de mi tienda se cae a pedazos -literalmente, el recubrimiento del techo del desván se desprendió, seguramente debido a filtraciones por goteras y a lo vetusto de la construcción-, así que lo echan bajo y la tienda se traslada. ¿Dónde? Os preguntaréis. Pues nadie lo sabe, porque aún no han encontrado un lugar apropiado para reubicarnos. Así que a finales de enero se clausura el recinto. Los más afortunados trabajarán en otro establecimiento del mismo grupo, pero no en Brighton. Máximo 4 semanas con el desplazamiento a costa de la empresa. Luego, muy amablemente nos enviarán a freír espárragos hasta que reabran -lo que podría suceder al día siguiente o 6 meses después. Party!

Es una pena, porque empezaba a notarme bastante agusto y a encontrar un notable equilibrio entre la marcialidad profesional y la jacaranda disparatada. Mi compañera bizca que se parece a Liz Taylor y yo cantamos y bailamos todo el día y a los clientes, en vez de decirles «Would you like a bag?» les espetamos «Chewbacca bag?» y ellos tan felices. Nosotros más, claro, pues nos entra la risa floja del que disfruta haciendo el mal.

En el amigo invisible me ha tocado el deputy majo, así que le regalaré tonterías para que se ría y alguna fruslería útil para que no dé el viaje por perdido. Hemos cogido confianza rápido: ya me invita a salir de party y a su cumpleaños y todo, de tantas horas que compartimos juntos. Con motivo de las navidades se sacan de la manga sus buenos customer evenings y cerramos 2 horas tarde, montando un concurso de «adivina cuantas gominolas hay en el bote y si aciertas te las llevas» y agasajando a propios y extraños con varios vinos puros y de sabores y algunos aperitivos. Por descontado, al clausurar el sitio el primer día llevábamos alguna que otra copa en el cuerpo.

Con estas volvía a casa un rato después, donde la casera cañón se disculpó conmigo por los sucesos de la mañana, puesto que tenía que cortarme el pelo pero se entretuvo haciéndole carantoñas al noviete hasta que terminaron en la cama. Yo ya me lo imaginaba, así que no le guardé más rencor de lo normal. Por lo que me dijo luego, se estuvieron amando fuerte todo el día y no hicieron nada de provecho real. Eso sí, se les ha quedó una piel maravillosa. Yo he decidido acostumbrarme un poco a mi moñera.

Monica! Feliz Hanukah!

Monica! Feliz Hanukah!

Hoy, de nuevo me los he encontrado desparramados en la alfombra del salón, medio desabrochados y con la ropa no queriéndoseles quedar puesta. Ella me escrutaba con sonrisa borracha de sidra y él mantenía la mirada perdida en su propia estulticia balcana, supongo que convencido de que de este modo ocultaría su evidente erección. Todo ello me ha recordado a la fiesta de cumpleaños de ella, en la que a partir de la mitad de la velada se pasaron el rato abrazados y mirándose muy fijamente, enamorados como adolescentes. La escena incluía besos y tocamientos.

Al lado de tanto culebreo, mi nueva amiga recién llegada me contaba el drama que supone entrar en tratos con la frialdad de las suecas. Esta chica acarrea montones de curiosas vivencias que siempre amenizan las reuniones de adultos. Sin ir más lejos, el otro día nos explicó a su amiga rumana y a mí los pormenores de las visitas de su padre a sitios XXX. Lo que más la inquieta es que algunos de estos sitios contienen cosas de trans y travestís. Le hemos dicho que seguro que es curiosidad sólamente, pero la asiduidad y la frecuencia de conexión parecen indicar lo contrario. También los virus informáticos, que se multiplican por doquier.


Pero no le culpo. Cualquier excusa es buena en el descorazonador viaje en busca del calor humano. O acaso unos vestigios. Cierto es que el hombre está casado con su esposa, pero algo le faltará que se ve obligado a suplir así. Más triste es lo mío, que me emociono cuando las clientas bonitas -las que se duchan- me pasan candelabros para que se los pase por caja y descubro que están calentitos de haberlos tenido agarrados.

diciembre 12, 2013. Uncategorized. Deja un comentario.